Tenía tantas ganas de darle un beso, de abrazarlo, que me abrazara con esa ternura tan típica de él, sentir el roce de sus manos en mi espalda desnuda. Tenía ganas de algo más que un beso, solo eso quería, no pretendía nada más, no imaginaba una vida juntos después, nunca lo hice, yo solo tenía unas ganas incontrolables de besarlo, de recordar cómo se sentía el roce de unos labios en mi boca, esa sensación de protección, de que todo estará bien.
Siento la necesidad de tenerlo cerca y no entiendo por qué. En este momento siento algo por él, pero no sé qué es. ¿Amor? No, no es eso. Lo quiero sí, pero no de esa forma. No somos compatibles, nunca lo hemos sido. Ni siquiera sexualmente lo somos, ya eso lo sé…
Tengo las emociones un poco desordenadas. Algunas se parecen a otras y todo se vuelve confuso. Debo salir de este lugar pronto o voy a cometer un error, algo que me prometí no volver hacer. Algo que la última vez que paso me hizo sentir mal.
Nunca quise tener nada más con él. Un par de veces nos encontramos y fue solamente compartir ese rato juntos y después volver a la rutina. Ambos lo teníamos claro, siempre ha estado claro, es solo que en este momento donde tengo abierta la puerta de los sentimientos, se me complica poder manejar estas situaciones.
Él sigue siendo mi amigo, ese amigo confidente de muchos años. Sigue siendo bueno para escuchar mis problemas y alegrarse de las cosas que me pasan. Siempre ha resultado muy fácil hablar con él, podría hacerlo durante horas. Siempre se ha preocupado por mí y sé que me cuida y me aconseja lo mejor que puede. Quiero que las cosas sigan siendo así, quiero que se vuelva a cerrar esa puerta para que todo siga como antes dentro de mí…
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