Olvidé que estaba desnuda, olvidé que me miraba, me sentía tan cómoda, tan en casa, como si fuera algo habitual, como si no fuera la primera vez. La desnudez no representaba una amenaza no resultaba vergonzoso no había preocupaciones. No era el cuerpo lo que importaba, era la unión de nuestras almas, los cuerpos estaban para acariciarlos y sentirnos, pero las almas se llenaban de alegría por haberse recordado, por haberse vuelto a encontrar después de tanto tiempo.
Él fue tan dulce y tierno como nunca lo había visto, sus ojos reflejaban amor y miedo mientras estábamos en ese lugar donde no había nada más que nosotros dos, fuera de esa habitación todo había desaparecido. El me repetía que me quería y yo le afirmaba que sentía lo mismo. Me hacía sentir viva, me hacía sentir en casa. Es mucho decir para una persona que nunca ha pertenecido a ningún lugar, pero sí que pertenecía a ese momento con él, no era algo físico, era mucho más que eso.
He vuelto a leer esas palabras cientos de veces, lo leo y me devuelve a sus brazos, me lleva a un mundo en el que yo soy especial, así como solo él me ve. Ese mundo donde quisiera estar ahora, pero en esta vida no podrá ser, habrá que esperar a nacer en algún otro lugar en unos cientos de años y coincidir una vez más como ya lo hicimos tantas veces.
Puedo llegar a ser alguien que se cubre con una gruesa coraza y no permite que nadie vea a través de mí y a la vez decidir mostrarle a una persona todas mis debilidades sin filtros. Me da miedo la sensación de dejar a alguien ver detrás de ese muro, pero en esa sola ocasión fue simplemente algo natural.
Tenías la cara de un niño asustado que no sabe qué hacer, tenías el amor más puro dibujado en el rostro. Me mirabas como no me ha mirado nadie. “Nunca hubo una mujer en la habitación”, me dijiste y sentí un poco de culpa. “Eres muy dulce” afirmaste después, yo te acariciaba sin siquiera pensarlo, lo hice con el alma, con esa alma que te extrañaba sin saberlo y hoy siento un poco de tristeza, talvez más que solo un poco... algo se abrió y no sé si podré volverlo a cerrar... lo intentaré.
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